Todo empezó con un simple regalo de una madrina a su ahijada, que cumplía dieciocho años. Son la generación del 3.0 y les encanta fotografiarse, que mejor delante de una cámara profesional.
María quedó tan contenta, que no dudó en regalarle a su amiga Andrea un book igual. Donde ellas deciden el lugar donde hacerlo, María fue urbana, Andrea decidió playa. La ubicación me encargué yo de buscarla.
Le dí un consejo sobre los cambios de ropa y sus colores. Comentándole como era el lugar más o menos, así ella se puede hacer una pequeña idea de que poder llevar para la sesión.
Tema accesorios, siempre lo que más cómodo se sienta uno. Para Andrea las gafas de sol eran imprescindibles; es como su marca.
Durante la sesión le comenté de hacer algunas fotografías sin ellas, para que también su madre estuviera contenta en tener alguna imagen de su hija con la cara despejada. Ahí me salió mi vena maternal.
Es maravilloso, pasar una mañana o bien una tarde, con personas jóvenes, con mucho potencial y sobretodo con ganas de vivir. Poderles captar la esencia de su maravillosa etapa por la cual están pasando, la adolescencia, la cual marca para un próspero futuro.
Fue un placer Andrea, pasar esa mañana tan productiva y tan divertida. Hubieron muchos momentos de risas y confesiones. Eres genial y tienes las cosas muy claras, sigue como lo estás haciendo.
Gracias por colaborar en todas las ideas que te propuse sin negarte en ningún momento, fue una sesión muy fácil.
Si tienes alguna personita especial que vaya a cumplir los dieciocho años y crees, que este tipo de regalo le va a encantar, no lo dudes informarte a través del mail y te pasaré toda la información de este tipo de reportaje, siempre sin compromiso.
No lo dudes y regala sonrisas a personas importantes…..